Costa Rica ha jugado ya 270 minutos en esta Copa de Oro.
Faltan 180 más para 'sacarnos el clavo' de la edición anterior.
* Randall Álvarez, para Diario Extra (Costa Rica).
Después de un inicio tímido y con mucha presión para convertir goles, la selección respira ahora otros aires.
El equipo se volvió a enamorar del gol y llega al Distrito Federal con hambre y sed de triunfo.
En buen momento porque ahora van quedando los más fuertes, los que pelean con Costa Rica el puesto paterno de la región y un invitado de lujo por ahí.
Los próximos noventa minutos representan mucho para los ticos.
Jugar en el monstruoso Coloso de Santa Ursula ya no nos intimida.
Es precisamente esa fortaleza mental que nuestro equipo ha adquirido lo que quiero destacar.
El equipo continúa madurando y creciendo en su capacidad para enfrentar y superar adversidades.
Si bien es cierto, hubo una sequía de goles pero el grupo siguió trabajando su mismo plan buscando el gol que diera aliento y recargara el arsenal. Como es natural en este tipo de situación, después de la sequía llega la abundancia.
La mente de un grupo funciona así.
El próximo paso es afianzar esa idea y darle regularidad y constancia al nivel de concentración pues en el pasado hemos sufrido en el inicio de un partido, o le hemos regalado la iniciativa al rival en ciertos momentos.
Digno de admiración eso sí, es el hecho de que ya en dos partidos -Cuba y El Salvador- el equipo anota goles vitales en los últimos segundos del primer tiempo, señal de que como los grandes ganadores, lucha hasta que suene el silbato, como manda la norma en el fútbol.
Tenemos un gran grupo: los once titulares y quienes quedan de reserva pues a diferencia de casi todos los equipos de la región tenemos un banco de lujo, ojalá que se pueda aprovechar al máximo el talento de cada uno.
La transición al proceso Sampson continúa y es cierto que a veces sonríe y a veces no, pero debemos entender que aún no tenemos todas las cartas sobre la mesa, que talento sobra, que deseos hay, y que apoyo -espero que también-, para que el grupo se mantenga unido y los muchachos tranquilos.
Eso último, parte del gran secreto del éxito.
Para la semifinal en México queremos ver a nuestro equipo luchador y laborioso que nos ha sacado de momentos difíciles, y a nuestro equipo de fútbol alegre que nos ha hecho gritar tantos goles en los últimos partidos.
En lo que va de la Copa de Oro hemos superado un mini ciclo y ahora las expectativas han cambiado.
Sí, seguimos buscando el equipo ideal para las eliminatorias pero el equipo siente que puede ganar este torneo, después de todo está la cuenta pendiente de la edición pasada...
* Randall Álvarez, para Diario Extra (Costa Rica).