En el deporte hay estrellas y hay ídolos. Están aquellos que llegan a brillar por su talento y capacidad deportiva, y también están aquellos que además de brillar con luz propia en su respectivo campo, llegan a tener un impacto de mayor alcance entre las masas. La diferencia radica en una ecuación que incluye además de dotes atléticas, mentalidad y personalidad...
* Randall Alvarez, Perfiles en ESPN.
El veterano goleador chileno Iván 'Bam Bam' Zamorano representa una amplia gama de todos eso. Un frío definidor que por tantos años ha sido uno de los mejores rematadores de cabeza de todo el mundo; un verdadero ganador que ha dejado su marca donde ha estado, siempre con la convicción de 'poder hacer bien las cosas', y con un 'don de gentes' como pocos que lo ha convertido en uno de los jugadores más venerados, admirados y respetados de la Era Moderna.
Con su característica cordialidad y amabilidad nos abrió las puertas de su hogar y pude inmediatamente palpar como cada detalle de su persona apunta a un hombre humilde y genuino.
Ya conociendo al 'Bam Bam' goleador y líder en la cancha dije: tenemos que saber de dónde viene ese espíritu de guerrero inquebrantable, y esa calidad humana que a veces lleva a Iván Zamorano a preocuparse más por los demás que por sí mismo.
Al poco tiempo de estar conversando con él pude captar fácilmente muchas cosas que pasaban por su mente. Vi que teníamos en común diversos puntos de vista y que era fácil identificarme con muchas de sus ideas. Conforme transcurrió nuestra amena charla, pude comprobar también por qué ha desarrollado tanto carácter como jugador y como ser humano.
Desde muy niño, con la muerte de su padre, debió afrontar el rol de hombre de la casa, de padre, de hermano mayor, de mano derecha de doña Alicia. Era muy joven pero debió aprender rápido a trazarse un futuro a base de sacrificio y esfuerzo. Es así como se aprende a valorar cosas en la vida y para Iván, aunque difíciles, fueron tiempos de mucha enseñanza.
Seguimos hablando y desempolvando memorias de su carrera que le hacían cambiar la expresión como a un niño recordando su primer día de escuela.
Su carrera profesional ha tenido etapas: su corto pasó por el fútbol de su país, el trampolín a Europa que lo vio pasar por Suiza pero que a la postre fue un proceso crucial porque allí cayó en razón y convicción de que podía llegar muy lejos entre los mejores.
Su tono cambia una vez más al hablar de su paso por el fútbol español, su rostro se ilumina al recordar una campaña de oro con el Madrid cuando logró los máximos honores con el equipo y en forma individual, especialmente porque de paso recobraba la confianza de 'algunos otros'.
Como gran luchador y triunfador que ha sido, su emoción se apaga al hablar del banco o de lesiones. Como ejemplar competidor ha aprovechado las oportunidades para rectificar cosas y por eso después terminó jugando en Italia.
Como buen hijo de su patria ha ido poco a poco buscando volver a la tierra que lo vio nacer. Primero, parada en México con tiempo para escribir otro capítulo en su vida. Siempre pensando en el mañana, en que lo mejor está por venir, en que su mejor gol es el próximo que anotará, en que los mejores capítulos de su vida aún están por venir.
Es un hombre lleno de fe y que busca realizar sus sueños. A la vez, es muy realista en ciertos temas como el amor. Sí, se enciende otra chispa en sus ojos al hablar de encontrar a su 'media naranja' y de formar una linda familia porque es un hombre de familia, su madre ha sido su compañera de siempre y quiere a sus sobrinitas como si fuesen suyas. De todo esto viene también su afán por ayudar y hacer algo por los niños.
En pocas palabras un hombre que guarda muy dentro los valores familiares y morales que le enseñaron sus padres, que ha sabido aprender de la vida, y que sabe valorar todo lo que es importante en su vida.
Bueno, la charla se nos extendió más allá de lo previsto pero Iván con la amabilidad de siempre nos permitió ese abuso de confianza.
Al final de nuestra conversación tenía más que clara la idea de dónde provino ese espíritu de entrega y lucha en la cancha y en la vida, esa mentalidad de triunfo que no para de buscar mejorar, y esa calidad humana que lo hace un extraordinario jugador y una gran persona.
Al día siguiente nos reunimos nuevamente con Iván, él en su quehacer diario con su club, firmando autógrafos por todo lado, y regalándole un poquito de tiempo a quien se lo pedía. Nosotros simplemente confirmando lo que ya sabíamos de él.
Por eso, por preocuparse tanto por el prójimo, Iván Zamorano es el Bam Bam de todos…
* Randall Alvarez, Perfiles en ESPN.