Pierluigi Collina, el árbitro más popular del planeta, y posiblemente el mejor de los últimos tiempos, ha dejado su carrera después de 28 años de servicio y con ello ha dejado un vacío difícil de llenar.
* Randall Álvarez, Serie A en ESPN.
Desde hace un par de años se venía anticipando el eventual retiro de Collina quien alcanzó la edad límite de 45 años el pasado mes de febrero. Sin embargo, durante el presente verano, las autoridades balompédicas y de referato en Italia tomaron la sabia decisión de cambiar el reglamento y permitirle pitar un año más.
Todo parecía ir por el buen camino de cara al inicio de la nueva temporada de Serie A hasta que Collina, como buen asesor financiero que es y aprovechando su inmensa popularidad, pensara en sacar algo en su última campaña antes del retiro, y se aventurara a firmar un contrato publicitario con un también patrocinador del Milan.
Allí estalló la “bomba” que tuvo como núcleo acusador un inminente “conflicto de intereses”, algo que está estipulado dentro de la reglamentación de la Asociación de Árbitros de Italia y que como luego lo aceptó el propio Collina, es parte del reglamento y quizá él debió haberlo observado.
Pero ahora bien, ¿por qué tanta rigurosidad en este caso?
¿Será por que es un tema que involucra una buena suma de dinero y más que conflicto de intereses es un “conjunto de envidias” por parte de algún enemigo del Milan o de un sector que siempre ha tratado de apuntar el dedo hacia Collina?
Entonces, ¿dónde está el sentido común cuando hablamos de evolución en el fútbol?
Si las autoridades cambian los reglamentos a placer o por conveniencia y para el mejoramiento del deporte, ¿no amerita enmendar esa cláusula para que el mejor árbitro pueda honrar al fútbol con un año más de trabajo en las canchas?
¿Acaso no confían después de 28 años de servicio, de que sea lo suficientemente leal como para hacer el trabajo tan bien como siempre lo ha hecho a pesar de que comparta el nombre de una marca con algún equipo?
Como él mismo lo dijo, “la integridad de una persona no la compra ningún patrocinador.”
En otros países como Inglaterra casos como este son comunes entre los árbitros y no se pone en tela de juicio la integridad de los mismos cuando realizan su labor.
Quizá todos pensemos de una forma pero para las autoridades que rigen el trabajo de los árbitros en Italia, la solución indicada fue castigarlo y programarlo para arbitrar partidos de Serie B, lo cual representa una bofetada por parte de estos dirigentes.
Con muchas razón, Collina presentó su renuncia a la Asociación de Árbitros, porque se sintió ofendido.
Con el retiro de Collina perdemos todos en el mundo del fútbol.
Deja el silbato un gran árbitro y una gran persona a quien tuve el placer de conocer y tratar.
Más allá de que haya sido el hombre de negro en la final de la Champions League de 1999, o de la gran final del Mundial 2002 entre Brasil y Alemania, su imagen –en sí única- había alcanzado el estatus de estrella y personaje universal.
Su imagen se convirtió en reflejo de autoridad e integridad, matizada por un toque personal que solo él supo imprimir, llamando a los jugadores por su primer nombre, dando alguna explicación por alguna decisión tomada, o extendiéndole una mano paternal de consuelo a algún jugador agobiado por una mala pasada de esas que a veces depara el fútbol...
Desde jugadores y técnicos, hasta grandes leyendas y dirigentes, son muchos quienes han saltado en defensa de los intereses de Pierluigi y de su continuidad y de todo corazón espero que las autoridades italianas recapaciten en su punto de vista y le pidan a Collina que vuelva, pues de no ser así estarían poniéndole un indeseado punto final a su carrera y a quien en el futuro cercano iba a convertirse en el designador oficial de la Lega Calcio.
Cabe destacar que mientras unas puertas se cierran, otras se abren para Collina pues aparte de su lucrativo y merecido contrato publicitario, las ligas de Japón e Inglaterra han mostrado interés en hacerle un llamado para que engalardone las canchas de esos países con su presencia...
Como dicen por allí, la pérdida de unos puede ser ganancia de otros...
Esperemos que por el bien del fútbol italiano y mundial, Pierluigi Collina pueda pitar su última temporada porque otro como él difícilmente aparecerá en un futuro cercano...
* Randall Álvarez, Serie A en ESPN.
